Mereces un amor que te quiera despeinada…
Frida KAHLO nació en Coyoacán, México, el 6 de julio de 1907. Su esposo fue el famoso pintor Diego Rivera, quien la alentó en su investigación estética durante los últimos veinticinco años de su vida. Frida Kahlo apreciaba el deseo de ser doctora, pero un accidente que la dejó en la cama la hizo pintar. Un espejo fijo en su cama con dosel devolvió su imagen como un alter ego que ella duplicó.
Debido al accidente que la dejo limitada físicamente en una cama, ella se refugia en el alcohol para aplacar la angustia de la desesperación y el sufrimiento. Fue una militante experimentada, puso su pintura al servicio del Partido Comunista, al que se dedicó a la adoración ilimitada, y al mismo tiempo se convirtió en una portavoz del feminismo.
A través de su constante necesidad de sorprender, se volcó a lo inusual al transponer su enfermedad a su pintura.
Sus obras llegan a 200 aproximadamente, en donde se resaltan sus autorretratos, en donde proyectaba las dificultades para sobrevivir en el estado que se encontraba.
Sin embargo, muy aparte de sus pinturas, son sus poemas los que logran captar la atención de las personas, sobre todo de las mujeres, siendo una fuente de inspiración.
A continuación, les dejamos uno de sus mejores poemas, el cual debería ser leído por todas las mujeres:
Mereces un amor que te quiera despeinada.
“Mereces un amor que te quiera despeinada,
con todo y las razones que te levantan de prisa,
con todo y los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos,
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía.” (Frida Kahlo).